jueves, 24 de febrero de 2011

página 43

No esperaba oírte hoy

pero lo he hecho

y me alegro un poco.

Me pregunto si sabrás

por qué me has hablado de este libro,

que se acaba de caer al suelo

cuando he terminado de leerlo.

Me pregunto si sabrás

que he encontrado doblado el pico

de la página cuarenta y tres

con un poema que habla de tristezas.

No esperaba usar esa palabra hoy

que he visto todos los colores de mundo

en un cielo

que nos cobija a los dos

que somos iguales

aunque nos diferencien los años

y las poesías leídas.

He decidido escribir un poema

en la página cuarenta y tres de un libro

y que alguien lo coloque mal

en una estantería de la biblioteca

y que cuando tu lo cojas

encuentres un pico de la esquina derecha doblado

y entiendas

que ese poema lo he escrito para ti,

aunque no lo esperabas.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Yo que te creía a las afueras de mi vida
tu
que me hablaste de hombre a hombre,
aún sabiendo que el cigarro que no me fumaba
era el último del paquete que saliste a buscar
Yo, que te miraba a los ojos buscando la respuesta
que tu me regalabas mientras
sabías que me estaba yendo, segundo a segundo
sorbo a sorbo
Luego yo te lo confirmé.
No me digas que no enseñas
cuando tu vida es toda una lección de aprendizaje
no me digas que no sabes cuando sabes
que no ocupas lugar
no me prestes el mechero para prender la llama
de esta herida
que me empuja hacia el abismo de cuerpos y almas
y más cuerpos
con los que apenas me he revolcado y he hecho el amor
y sin embargo me buscan
anhelantes, riéndose de mí y también conmigo
porque me disperso buscando amor entre el
verdadero amor que apenas hoy me roza.
Y en una tarde de miradas furtivas
lecciones mal dadas
emoción bien aprehendida
amor mal comprendido
parada de bus cerrada por obras en la
gran via...
Precisamente hoy
que te creía a las afueras de mi vida....
precisamente hoy
que por el teléfono te quiero más
que por la calle....
precisamente hoy que he sabido que para entender de amor
hace falta haberlo perdido al menos por un día.
Te he echado de menos
al dejarte en el portal.

martes, 8 de febrero de 2011

Venecia, media hora después

Somos, amor
dos sonámbulos atemporales
que alimentan sus monstruos a base de poéticas
construidas más allá
de tu imaginación, y de la mía.

Y cuando uno mete la mano en el abismo
sabe que no saldrá de él indemne
pero lo toca
y a veces roza la gloria
con una mirada de quien está
a punto de salvarlo

Si cierro los ojos y te miro
sabiendo que también lo estás
haciendo tu, como esta tarde
es cuando comprendo que antes
o después o antes, más bien,
te vas a marchar así,
sin más que mirándome a los ojos
que tanto hoy has buscado.

Entonces, un olor a especias
y a violeta
me recuerda que no ha sido
mentira, como todo
lo leído de un tiempo a esta parte.

Y mañana, Hopper pintará de nuevo
a una chica blanca frente a un ordenador
sonriendo entre unas letras
que la han llevado a Paris
taumatúrgicamente, sí,
que es la facultad que ella tiene
para vivir una vida y luego otra
llena de prodigios.

jueves, 3 de febrero de 2011

1. “…DE LA CIUDAD QUE EXISTE PARA QUE NADIE DUDE DE LA INFINITA BELLEZA”

La poesía de Federico García Lorca es un río Hudson, que nace después de la muerte del cisne de Rubén Darío, que desemboca en las turbulentas aguas de unos tiempo marcado por su asesinato, por la muerte de Miguel Hernández en un camastro de cárcel de espíritu más que de cuerpo.
Y cuando el tizne de estas penas levanta la voz en el “Canto General” de Pablo Neruda se construye una jaula para Enza Pound y mata de tristeza “Los Heraldos Negros” de Cesar Vallejo. Mientras, en el horno crematorio, junto a millones de muertos, se incinera la ingenuidad del hombre.

Para entender a Lorca hay que matar al duende ese que cuentan, que dicen que tiene, y una vez muerto, mirarle a los ojos fijamente y “huir, huir por las esquinas y encerrarse en los últimos pisos”.
Uno no puede conformarse con el “Poema de Cante Jondo”, no basta con un palmeo al “Romancero Gitano”, no basta, porque “para gemir al pie de las camas, ante el insomnio de los lavabos” hay que viajar al infinito y más allá, caminar por las grandes avenidas junto a “gentes que pueden orinar alrededor de un gemido”, y durante un largo tiempo contemplar el “azul sin un gusano ni una huella dormida” disfrutando de “la noche abierta de piernas sobre las terrazas”.

Porque para comprender las huidas, marchándote aún sabiendo que “al que le duele su dolor le dolerá sin descanso”, basta con mirar en las maletas, y si, al volver, traes un libro “en la sangre que viene, que vendrá”, ya habrá merecido la pena.
Porque “las criaturas de la luna huelen y rondan las cabañas”, y nos permiten escuchar el estruendo de las máquinas que reproducen el oro y la miseria de este sitio, donde “no duerme nadie por el mundo”.
Para comprender a un poeta en Nueva York, no podemos hacer otra cosa sino estar “Alerta, alerta, alerta”…
Vomitemos las palabras para nombrar la innombrable realidad, ajena y cercana, desconocida, desconcertante, que está en cada uno de nosotros.
Hagamos este viaje con el poeta salvaje, el que no solo huía de los demás sino también de sí mismo, yendo “al sitio donde lloraban los negros”, para poder llorar con ellos.
Encontremos junto a él la percepción nueva de las cosas, veamos, “que las cosas cuando buscan su pulso encuentran su vacío”, y tomemos antibióticos para amainar la fiebre, bajar la temperatura emocional que les aseguro nos subirá a todos mientras caminamos por “allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba”.
Bienvenidos a una noche de “whisky de plata” y saxo, que no “sexo atravesado por una aguja”, aunque “los besos atan las bocas en una maraña de venas recientes”.
Bienvenidos a un mundo estético donde “no es sueño la vida”, algo ajeno a nosotros hasta el día de hoy.
Bienvenidos a un lenguaje poético ante el que “como nadie volvía la cabeza, el cielo pudo desnudarse”.
Han, hemos llegado al París de Pablo Picasso, así que tengan cuidado las personas sensibles que me consta están aquí hoy, les aviso que “toda la luz del mundo cabe dentro de un ojo”.
Os ruego que no os asustéis, también que no perdáis la capacidad de sorprenderos si os cruzáis con un “amor de siempre, amor, amor de nunca”.
Porque hay una naturaleza íntima en esta ciudad, “y una luna incomprensible que ilumina por los rincones los pedazos del limón seco bajo el negro duro de las botellas”, una naturaleza que “tropieza con mi rostro distinto cada día” y que se esconde tras el humo de las alcantarillas, tras el maquillaje de Billie Holiday, que disimula los golpes que llevaba en el alma, “tu alma tibia sin ti, que no te enciende”.

Bienvenidos al “mundo solo por el cielo solo” donde “no son los muertos los que bailan”, un mundo donde “el verdadero dolor que mantiene las cosas es una pequeña quemadura infinita en los ojos inocentes de otros sistemas”.
Aquí os dejo, en bandeja de plata y luna la soledad y la desgracia que no pueden ocultar la promesa de placer que venden los escaparates de la 5ª avenida.

Welcome a la ciudad de….. “para resistir este nombre necesito contener el dolor de mis recuerdos”, la ciudad que existe “para que nadie dude de la infinita belleza”.
Gracias, por haber venido a Nueva York.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Katherine Mansfield

Con la locura que es que nos hayamos conocido
Debemos estar atentos a dónde colocamos los despojos
Que han quedado ahí, tirados,
después de mucho pensar
Si los guardábamos en un cajón
O volvía a comerte entera.
Y tú a vomitarme

Nunca supimos si era real
El timbre de la puerta que solo escuchábamos nosotros
Cuando estábamos juntos en el jardín de casa
Mirando, a través de las rendijas de la valla de madera
Cómo, con cuánto amor del bueno,
Los vecinos se decían que ya no se querían.

Los cristales del coche estaban empañados
Cuando llegamos por la tarde del mercado.
Y allí estaba él, el amor que de tanto usarlo se acaba
Encerrado en el cenicero del acompañante del conductor
Desde hacía más de cuatro horas,
Cuando no quiso escuchar que ya,
No servía para nada.

Y sin embargo, cuando abrimos la puerta de la terraza
Respiramos, como quien lo hace por última vez,
Sabiendo que tu aire era el mío, porque antes había sido de otro
Sabiendo, que antes de que dijeras que esta boca es mía,
Te habría comido y vomitado y vuelto a comer, para después
Tener que volver a vomitarte.

martes, 1 de febrero de 2011

Take care

Aquí en este silencio que me habla
en medio de una mala noche mala
que yo mismo he buscado
me duele la cabeza de tu ausencia
una ausencia que yo pensé que había olvidado.

El frío se me mete en el alma
por los agujeros cientos de los auriculares
que me susurran al oído
que no vuelves para quedarte
aquí en Granada.

Entre líneas, a punto de una de esas
de esas, de esas, de esas....
"take care" aparece escrito en blanco
y de repente desapareces con el mismo miedo
que yo tenía ayer
cuando las rayas pasaron a ser líneas
pudíste leer que nunca más volverías a estar solo
enténdiste que los fantasmas no existen,
y comprobaste más allá de la sábana
que estabas a punto de ponerte