domingo, 26 de junio de 2011

De eso se trata, de mirar a través de los cristales

A Alicia que, buscando, encontró el título
de este poema.



Nada importa cuando se trata de ti
de mí
de un tu sin acento porque me tienes.
Nada importa cuando tengo un pequeño cuarto
barato,
eso sí,
en el que esconderte de todos
en el que llamarte puta.

Nada importa cuando no eres tú
quien se mira en el espejo cada noche
sabiendo que no solo está
perdido
sino que está solo
y lo sabe
y eso le salva.

El sexo es lo de menos
cuando se trata de sentir
como un cristal lacerando mi piel
en cada esquina
donde elijo
a quien quitará el acento de mi nombre
cada noche sin saber
que aún queda tiempo de cambiar
las sábanas de ayer
por unas limpias que huelan a lejía.

Es curioso cómo
con qué poquito amor
me has vuelto vulnerable a la
ginebra en un bar de carretera
donde tus muslos y los míos
se hicieron hermanos de sangre
y se emborracharon sin un duro en el bolsillo
solo con rozarse.

Para tener tu nombre o el mio
hay que ser muy sinverguenza y querer
hundir el rostro en la arena de una playa
que nunca hemos pisado.
Hay que tener claro
que uno deja la ciudad
y el piso
y no por ello
deja de ser puta
o parecerlo.