martes, 30 de agosto de 2011

Ante la necesidad de sentirnos rezagados.

Es ahora cuando han vuelto los fantasmas
ahora cuando todo huele a ti
ahora
cuando tengo la certeza de que
no me importa lo que pase.
Ha llegado.
El vino no me ha sabido como antes
tus fotos ya no son como ayer
y esta noche
¡por Dios!,
esta noche he mirado a través
de los cristales y he recordado
la hora exacta
en la que nuestras miradas se cruzaron
que hemos coqueteado por el camino
y hasta que fué bonito mientras duró.
Pero ahora,
ahora que se acaba este verano interminable
que las tormentas llegan
con Septiembre
buscando su lugar,
reconozco que no te he dicho
nunca a la cara lo que pienso.
Y no me queda más tiempo
que el que tarde en ponerse dura
la hoja del calendario marcada con tu nombre,
porque no hay más palabras que las de la última cena
ni más camino que los que aún no hemos andado.
Porque se está difuminando
hasta el más amor
que el que una vez senti tener por ti
aunque solo fuera durante ese instante
el que te ví llorar
aquella tarde gris de Enero
en la que el mundo se paró
cuando vi
que te había imaginado