martes, 27 de septiembre de 2011

Martes

" Pero después de todo, no sabemos
si las cosas no son mejor así,
escasas a propósito... Quizá,
quizá tienen razón los días laborables.
Tú y yo en este lugar, en esta zona
de luz apenas, entre la oficina
y la noche que viene, no sabemos.
O quizá, simplemente, estamos fatigados."
.

Lunes. Jaime Gil de Biedma.


Martes.

a los que huimos.

Me dicen de repente
que no todos los humanos son iguales
que los hay que lloran por las esquinas
cuando ven una flor roja.
Tiene que ser roja.

Tus lágrimas de acero
llenas de perdones mal curados
me hacen saber lo mucho
que necesitas que te quieran
hoy,
Y que a veces se te olvida,
ayer,
y qué tú eso ya lo sabes,
mañana.

Y también a veces,
tú haces el silencio
y yo
me quedo sin voz.


Pero es tan fácil el olvido
cuando éste vive pensando en una huida...

¿Sabes?, voy a dejar de fumar a tu salud
a tu presencia, a tu sonrisa.
Sólo a tu pregunta.
Una de tantas que me hielan el alma
casi tanto como cuando te veo llorar
en las esquinas de flores rojas,
por qué tienen que ser rojas,
o detrás de una mesa de despacho
porque ese día olvidaste mirar las dos caras
del espejo.
Porque dos días a la semana
lo olvidas.

A veces, tengo por ti,
de lunes a domingo,
un amor de esos de locura
sin saber por qué, porque
desde el primer día,
soltaste una lágrima ante mí
que limpió toda la tristeza que traía
mi alma sucia de cada hora
de cada día.

Y sin embargo recordé
que el hecho de estar vivo
exige llanto,
y palabras,
aún no dichas.
Pensadas.
Huidizas
Amadas.