martes, 3 de abril de 2012

María Magdalena

Mi tristeza de tenerte lejos
hoy,
es la alegría de poder
acariciarte dentro de
cuarenta días.


Siempre fuiste mi tentación
tú lo sabes,
y a mi me gusta.


No me lo digas,
no sea que me lo crea
y el día que nos veamos
te bese en la boca


por accidente

y tengamos más que palabras

y lleguemos a las manos...