domingo, 27 de enero de 2013

Javier Margarito

Hace unos meses le pedí a Javier su colaboración en mi   proyecto sobre escritura terapéutica. Me regaló este texto y yo,  a cambio, compartí su dolor, y escribí un poema.
Forma parte de una colección de Poe+persona, que se podrán ver en la exposición PALABRAS COLG(H)ADAS. 

 Ábrelo despacio, abre tu delicada parada ante mí. Haz serenidad de este instante, que la soledad de tu rostro no hable de tristeza y angustia. Siéntete fuerte en lo único, igual que lucha la ropa tendida contra el viento húmedo de noviembre. Deshaz la prisa del camino por la tentativa a la ruina que sería el perdernos en barullos y lo que los otros llaman mundo moderno, su mundo sin leyes ni treguas. Hagamos monumentos de sillas y carreteras vacías, antiguos lugares donde alojar cuerpos y costumbres. Entonces, estarás a salvo, sabiamente resumido en tu mirada. La razón pulida en tus ojos que calcinan los secretos de la urbe.
                                                                         Javier Margarito.



Lo cotidiano.

La delicadeza puede llegar a ser
angustiosa
si luchamos contra ella.
Haz que cese el ruido
deshaz este laberinto interminable
de leyes, treguas y deshonras.
Date prisa en confirmar
que andamos juntos el camino
que inventamos.
y por fin, cuanto todo parezca
ya acabado,
deposita tus costumbres en mi cuerpo
y sálvame del dolor,
cúrate del vacío de esta ciudad
que va persiguiendo,
y tú y yo con ella,
los rescoldos de aquello que vivimos.