martes, 17 de septiembre de 2013

Algo de ternura que prestarme

Arráncame, por tu dios, la costra y lame el vacío que ahí encuentres. Si te gusta te la comes a pedazos y así no grito a solas más, que del dolor no podía ya ni pronunciar tu nombre. Ser sangre a la vez que limpiar la herida. Morir con besos. Algo de ternura que prestarme, que todo lo que me pasa es por mi escasez de ella y exceso de mí, de lectura, de escritura, de mi falta de mesura en mirar la vida. Sí, probablemente, eso será todo.