Otra vez regresaron los fantasmas
la vista se nubla
Y nada tiene sentido
cuando por un instante
el dolor me atraviesa
de parte a parte
y mis manos se agarran entre sí
y preparan la súplica.
Otra vez el pájaro se ha vuelto jaula
los nervios han quebrantado la ley
y vomito sangre
sangre pura que mancha.
Hay niebla y hace frío,
y el axfisiante síntoma del amor
sucumbe por fin y acepta la derrota.
Hay que dormir, comprender la plácida sensanción
de que lo común es morir en vida,
Perder el miedo a mirar
la luz de frente,
Que escriban tu nombre
con las propias cenizas