lunes, 28 de octubre de 2013

El grado de belleza que podemos soportar.

                        "Nadie es quien es
                  si sus otros no están".
                           Angel Guinda.




Cómo vivir cuando despiertan dentro de ti
las ausencias cotidianas,
o sobrellevar el miedo a volver a ser
allá donde casi pierdes la vista y
se te desfigura el rostro.

Las calles siguen siendo rectas, sucias,
conocidas,
sus nombres continúan siendo propios,
horas, días,
ganancias y pérdidas.

Has asumido tu victoria
con recelo,
en un país donde ya no se sabe si
ir y venir no son sino sinónimos
de adiós y para siempre.

Perdiendo el lenguaje y su función
en la misma esquina donde un día
la lengua de los hombres te hizo hablar
más de la cuenta,
y la daga rasgó tus vestiduras
llevándote de la mano al túnel de salida,
eso,
o dejarte la vida.

Así pues, el grado de belleza
que podemos soportar
es equiparable a cuanto miedo
de nosotros mismos podamos vencer
y de cuántas equivocaciones aprendamos
a seguir viviendo.


miércoles, 2 de octubre de 2013

El escudo frágil contra el alud

Se agotó el tiempo en el que las costuras del dolor
estaban en contacto con la piel.
Se agotó mi tiempo y el suyo.
Ha llegado la hora de la sinceridad extrema
del llanto por el pájaro escapado de la jaula
de tocamientos ajenos al placer

Debo decir adiós.

Arrojar todo al vacío.

LLenar la copa
y escupir tu nombre.

Dejar que me dejes marchar
y romper las telarañas.

Ha llegado la hora de
disolver el imperativo de tu búsqueda
del acercamiento otra vez a mi derrota.

Susurra el aire
que la belleza perfecta es aquella
que se puede respirar una vez muerto

perdido

aceptado

reconocido

todo lo que nunca existió
por mucho que te empeñes.